1.El general de brigada Joaquín Fanjul, compadece por Rebelión ante el Tribunal Supremo (Fotografía AGA)
Cabizbajo, con un semblante serio,
rígido como la piedra, Joaquín Fanjul miraba sus botas en el suelo.
Se encontraba en el banquillo de los acusados, en la sala VI del
Tribunal Supremo de la República. Recordaba la trama en la que
llevaba implicado varios meses, y en esos instantes recordaba la
plaza de toros de Pamplona, estaba a rebosar aquella tarde de julio.
Las casi catorce mil localidades con que contaba eran ocupadas por el
alegre gentío en un ambiente colorido y teñido de sepia por el sol.
Los bravos toros que habían sacudido las calles esa misma mañana,
eran pasados ahora a cuchillo por algunos de los diestros más
reconocidos en el país que esa misma semana de Julio se dejaban caer
por la capital navarra.
Desde la consecución
popular de la República, el entonces general Fanjul conspiró contra
la misma. Tras impulsarse las primeras medidas reformistas del ámbito
militar desarrolladas por el Ministerio de la Guerra, capitalizado
por Manuel Azaña en aquel entonces, dió un paso al frente para
convertirse en uno de los fundadores de la Unión Militar Española
(UME). Pero tras las elecciones de Febrero de 1936, al igual que
muchos militares reaccionarios, sus convicciones se determinaron en
impetuosidad por estrangular a la República.
Pamplona se había
convertido en los meses previos al golpe de estado en el nido de la
Conspiración. Allí residía el general Emilio Mola Vidal, principal
cabecilla estratégico de la camarilla militar rebelde, se hacía
llamar ''el director''. Era en el corazón de Navarra, dónde Mola se
reunió y agasajó a los militares, oligarcas y otras personalidades
clave para el desarrollo ulterior del golpe. Al igual que Queipo de
Llano, Fal Conde (lider carlista que tenía situado cerca de su
impuesto destino), Fernández Cordón, y tantos otros altos oficiales
del Ejército, Fánjul había disfrutado con él de los Sanfermines,
con la intención de ultimar los detalles miitares para la
conspiración en Madrid.
Tras ver los toros,
pasearon por la Plaza del Castillo, dónde refrescaron el gaznate con
algun refrigerio ó licor, y posiblemente allí la conversación se
pondría interesante para terminarse con más calma en casa del mismo
Mola. El golpe de estado en Madrid queda encargado al general
Villegas, pero es posible que el mismo ''director'' intuyera alguna
de las dudas que demostraría en el momento del alzamiento militar en
Madrid, y por ello designara a Fanjul la misión de subsanar esa
posible indecisión y tomar el mando en nombre de Mola. En cualquier
caso, el paso al frente que da Fanjul el 19 de Julio, introduciéndose
en el Cuartel de la Montaña vestido de civil, ocultando su
identidad, a través de alguno de los postigos, muestra el grado de
concienciación y su total disposición para con la causa
antidemocrática. Para muestra el documento de la Comisión de
Incidencia del cuartel de la Montaña1
muestra las siguientes afirmaciones:
''Hoy es 18 de Julio. Empiezan los enlaces del cuartel con los
Generales, con los cuerpos de la Guarnición y las organizaciones de
Derechas diversas.''
En el mismo documento se
explica las órdenes que da Fanjul: consiste en organizar a la tropa
de la Montaña mediante un discurso ambiguo y confuso, contactar con
el Tt.e Coronel Alvárez Rementería Jefe del Batallón de Zapadores
de Campamento (del que hablábamos en el anterior capítulo que murió
ese mismo día en circunstancias inexplicadas) y ordenarle la salida
de una de sus columnas a caballo hacia la Montaña apra poder
converger con als fuerzas de Fanjul sobre Madrid.
La responsabilidad de
Fanjul era la máxima del golpe en Madrid, Villegas seguía missing.
Estaban a 17 de agosto,
se cumplía un mes exacto del inicio del alzamiento en armas contra
la democracia. La defensa del general corría a cargo de su hijo,
José Manuel Fanjul, quién poco más tarde ocuparía el cargo de
vicesecretario general del Gobierno de Burgos y durante el régimen
franquista sería varias veces procurador en las cortes de la
dictadura. Tras un alegato de apenas 15 páginas2
la defensa de Joaquín Fanjul insistió en el no reconocimiento de la
autoridad gubernamental de Madrid. La República había capturado con
vida al máximo responsable de la conspiración en Madrid, para él
se exigía la pena máxima del código militar del Ejército por
Rebelión y Traición: la ejecución. Pero eso será en la próxima entrega.
1Documento
oficial de dicha comisión
2El
alegato puedo encontrarse íntegro en la Casua General.
fue un juicio interesante
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